martes, 3 de enero de 2017

Pensamiento líquido

Hace más de 20 años, cuando hacía mi tesis de licenciatura, encaré por primera vez y de manera formal las cuestiones relativas a la "creatividad" no conté con la diversidad de obras y autores que nutren hoy esa temática, pero si estaba uno que había escrito cuestiones muy interesantes al respecto: Edward De Bono, de él leí y aprendí el concepto de pensamiento lateral, los fundamentos de la creatividad y por supuesto sus enemigos o las barreras que como humanos tenemos para ser cada vez más creativos.
Uno de estos impedimentos o bloqueos estaba dado, según De Bono, por el pensamiento rígido, en otras palabras la rigidez de ideas, la tozudez o cabeza dura. Además era ya un planteamiento claro en ese momento, cuánto había influido la educación tradicional o formal en el desarrollo de esa barrera para la mayoría de los seres humanos que habían sido sujetos de cualquier tipo de formación estructurada.
En este orden de cosas,  De Bono plantea en su momento, una serie de técnicas y ejercicios que pretenden desbloquear al individuo, descondicionar y fomentar su desarrollo creativo; aunque sabemos bien que esto no es, como decían las abuelitas, cuestión de soplar y hacer botellas.
Es por este motivo que este asunto ha sido tratado en los últimos años por algunos autores, que plantean ideas, técnicas, prácticas que promueven y alientan dejar las ideas fijas a un lado y lanzarse al grande y maravilloso océano de la creación.
Uno de los autores que trata de una manera distinta el tema es el inglés Damian Hughes, sicólogo que a partir de su cercanía con la actividad deportiva a logrado un nuevo planteamiento respecto al pensamiento humano, que se contrapone a la rigidez mental, que el a denominado de manera muy sinestésica: "liquid thinking" pensamiento líquido.
En su planteamiento, Hughes afirma que pequeños cambios en nuestra forma de pensar y adoptando perspectivas o puntos de vista distintos a los habituales; lograremos alcanzar nuestros objetivos, deseos y ambiciones, tal como lo han logrado los grandes "genios creativos" de antes y de hoy.
Liquidthinker es hoy una teoría en proceso de prueba y difusión, es un libro, es una empresa consultora, es una página web y también es un referente fundamental en esa tarea de los quijotes de estos tiempos, de hacer las cosas cada vez mejor.
Un concepto que llegó a mi conocimiento y vocabulario habitual, cronológicamente después del concepto de inteligencia líquida es el de "resiliencia", de este se puede escribir un libro completo, pero me encanta saber que existe gente con la capacidad de sacar lo mejor de sí, aún en las peores circunstancias y de eso se habla mucho en todos los casos que propone y revisa Hughes en su libro de una manera tan visual.
Si hay un fragmento rescatado por varias personas que han leído y comentado en distintos foros la teoría del pensamiento líquido, es esta idea.

Hughes hace una interesante clasificación o tipología de las personas que habitamos este mundo, a saber: 
1. Los que preguntan ¿qué ha sucedido?
2. Los que ven lo que sucede
3. Los que hacen que las cosas sucedan
Tendremos a bien hacer un auto examen y ubicarnos inmediatamente en el grupo que nos corresponda. La idea esperanzadora que me queda a mi después de las múltiples lecturas sobre este tema es que, se puede dar una suerte de evolución o cambio en función de nuestra relación con el entorno. 

Queda ahí el reto. 

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